Varguense de pura cepa
La honestidad y sencillez son sus mayores virtudes. Su calidad vocal un regalo de Dios y su trayectoria musical, una experiencia de vida
Como buen escorpiano, nacido un 14 de noviembre, Víctor Jiménez es apasionado, perfeccionista, correcto y tajante a la hora de defender sus ideas, posee un romanticismo que se desborda y lo plasma en cada tema interpretado.
Desde los nueve años sintió admiración por la música. Recuerda que acompañaba a su tío Eduardo Hurtado (Negro Ñaño) a todas las presentaciones donde tocaba. De igual manera, escuchaba a su madre cantando temas de Juan Gabriel, Rocío Dúrcal, Pimpinela y Delia.
De su infancia evoca momentos muy lindos, como su primer día en el preescolar, sus familiares orgullosos salieron a despedirlo y él se sintió grande con su uniforme de colegio.
“Nos reuníamos mis padres, tíos, primos y abuelos a tocar aguinaldos con implementos de cocina, ollas, tapas, rayos con tenedores y tobos. ¡Qué locura! Creo que eso aún existe en los hogares venezolanos, especialmente en las fiestas decembrinas”, expresa entre risas.
Su familia es lo más importante, son quienes lo apoyan, incentivan y levantan cuando decae. “Me animan a seguir en esos momentos difíciles, son quienes, pase lo que pase, bueno o malo, siempre me aplauden. Sin el apoyo y el aliento de ellos no llegaría a ningún lado”, dice con orgullo.
Agrega que siempre mantiene el contacto con ellos, así se encuentre lejos. “Es duro cuando se está de gira, te invade la nostalgia y la falta de ellos. Afortunadamente existen internet y el teléfono, entonces surge automáticamente ese aliento que comentaba antes. ¡Sin la familia nada!”
Su esposa es la dueña de su corazón, así como lo son sus tres tesoros, los reyes de su vida: Maylenis, Selene y Adrián Aquiles, autor de La Pulaka, tema que ha puesto de moda en todo el país.
La música, su pasión…
Le gusta interpretar de “todo”, pero siente predilección por la gaita, es de los que se erizan al escucharla. Sin embargo, la energía que fluye por su cuerpo al cantar salsa no tiene nombre y de esa manera se lo transmite al público.
También le apasionan los boleros y le encanta la rumba, por lo que en sus presentaciones no puede faltar el merengue ni la guaracha. “Lo más importante es poner el alma y corazón en cada tema que interpreto”
Su Misma Orquesta…
Por designios de la naturaleza, tuvo que abandonar su estado natal. El deslave de Vargas en el año 1999 lo marcó fuertemente. La adversidad lo hizo aventurarse en la zona oriental del país con otras orquestas, pero regresó a su terruño y decidió reunir a sus músicos de siempre, a sus amigos, por lo que creó Su Misma Orquesta, donde reina la química, la armonía, sus propias normas y la libertad de expresar sentimientos.
Sus modelos a seguir…
Entre sus paisanos admira a Porfi Baloa y a Oscar De León. En realidad aplaude a cada talento que existe en el país, porque sabe lo difícil que es dedicarse a la música y al canto dentro de nuestras fronteras.
Fuera de Venezuela reconoce el talento de Gilberto Santa Rosa, quien desborda seguridad; de Olga Tanón, su energía y de Ricky Martin, su calidad y puesta en escena.
Además de cantar, Víctor Jiménez es un deportista nato. Ha practicado voleibol, baloncesto, atletismo y profesionalmente fisicoculturismo, disciplina que le permitió representar a su estado Vargas en competencias nacionales. “La falta de tiempo me impide continuar esta faceta pero de vez en cuando asisto al gimnasio para cuidar mi cuerpo”.
Ser profeta en su tierra….
Sueña con llevar su música a cada rincón de Venezuela, crear una fundación para ayudar a quienes más lo necesiten. Puntualiza que “Quisiera que nos uniésemos varios artistas nacionales para esta labor social”, destaca que cree en Dios sobre todas las cosas y su tendencia política es ser cien por ciento venezolano.
Vargas no es sólo el terruño que lo vio nacer, también es testigo de su crecimiento personal, humano y artístico. Como le ha dado tanto quiere hacer lo mismo por él. Asegura que “Un momento difícil fue el deslave de 1999, por eso mi primera canción, “El rumbo de mi vida”, se la escribí y dediqué a esta hermosa y valiente región. Aunque dicen que nadie es profeta en su tierra, pienso romper con eso”.
La internacionalización, es su meta, su gran horizonte, pero afirma que jamás abandonará su paraíso, porque ama a Venezuela.
Su carrera, su trayectoria….
Recorrer otras agrupaciones fue su gran experiencia de vida. “Es lo que hoy en día me permite navegar viento en popa y empeñarme fuertemente en ser un buen capitán”.
Acaba de terminar la grabación de su primera producción discográfica, “Rompiendo Esquemas” y está trabajando en la selección de temas para su próximo compromiso musical.
Como es un innovador tenaz, exitosamente puso en marcha el proyecto “Meren Divas”, la primera orquesta femenina del estado Vargas, integrada por cinco hermosas vocalistas, quienes son acompañadas por Su Misma Orquesta.
Promete que en diciembre de este año le obsequiará una nueva sorpresa a su público, tiene que ver con la música autóctona, la parranda, pero de eso no quiere adelantar mucho, será un gran regalo como todo lo que nos otorga este excelente cantante
Un poco más…
Para Víctor Jiménez, el pilar fundamental del hombre es la mujer y asegura que en Venezuela existen las féminas más bellas e inteligentes del mundo.
Se define muy perfeccionista y un luchador incansable, para él no existe obstáculos y lo demostró recientemente. “Para mí fue muy difícil interpretar una fusión urbana, pero lo logré y me siento orgulloso de los resultados”, se refiere al merenguetón La Pulaka, tema que ha calado muy bien en el público juvenil.
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